Con este artículo quiero iniciar una serie que trate sobre todas esas anédotas que cada día colorean y salpican de ilusión nuestra afición. Cada día aprendemos de todo y estoy convencido que todos teneis miles de anécdotas interesantes.
Este primer capítulo trata sobre la hembrita de la foto. Hace unos años obtuve de una de mis parejas de amarillos mosaicos unos sujetos con un color de ojos rubí muy llamativos. Resultaron ser fenotípicamente mosaicos clásicos, pero fue el detonante para empezar a interesarme también por las gamas con ojos rojos. Al año siguiente compré varias parejas para hacerme mi línea propia de lutino mosaico, línea que aún mantengo aunque en niveles más testimoniales. El caso es que esa hembra que veis en imagen (hembra que aún está criando en mi casa) fue uno de los primeros lutinos de calidad que obtuve. Nació hija única, el resto de huevos no estaban pisados y al ver que la pareja a duras penas iba a sacarla adelante decidí pasarsela a una de mis hembras de confianza que tenía 3 pollitos de la misma edad. Por aquel entonces no tenía nada llamativo salvo, claro está, su color de ojos.
La hembra fue creciendo y empezó a mostrar una morfología más que interesante, muy superior a la de los hermanos de nidada que resultaron ser machos. Pero no todo eran buenas noticias, tenía la mala costumbre de estar continuamente en el fondo de la jaula. Lo primero que hice fue observarla para ver si tenía algún fallo de tipo motriz y luego, al ver que estaba fisicamente bien, empecé a pesar que los hermanos de nidada por algún motivo que desconocía no la dejaban subir a los palos.
Salvando este curioso comportamiento y al llegar el día 30 realizo el destete (Aunque técnicamente siendo aves está mal dicho) y la meto a ella y a sus hermanos en un voladero con otros diez noveles.
El comportamiento sigue siendo el mismo, pero se la ve sana (eso sí con la cola destrozada). Decido finalmente separarla de los hermanos convencido de que estos la intimidan. Y la meto en otro voladero. ¿Resultado? Mismo comportamiento y con la cola ya inexistente. Decido entonces ponerla individualmente en una jaula.
Convencido de que era una canaria "asocial" vuelvo a observar su comportamiento y sigue igual. No se sube a los palos.
Asumiendo esta realidad y viendo que sin cola no puede participar en ningún certamen empiezo a probar de todo, cambio el fondo de la jaula, quito la rejilla, pongo fondo negro, cambio los palos, pongo la jaula en una zona más tranquila... y nada. Se convierte esto en una frustración pero asumo la realidad y la dejo estar.
Acabada la muda empiezo a seleccionar los canarios para el primer concurso, que casualmente era el regional extremeño. La lutina (sin cola) era absolutamente espectacular. Tenía cuerpo, buena cabeza, buena pluma (Excepto la cola, claro) y una marcación en las zonas de elección perfecta. Hay que concursar con ella si o sí, o al menos intentarlo. ¿Que hago entonces? Busco una jaula grande, le arranco todas y cada una de las plumas rotas de la cola y espero unos 45 días de rigor para ver el resultado. Milagrosamente la cola estaba bien, había crecido y aparentemente podía valer para el concurso.
Por consiguiente empiezo a enjaular los pájaros seleccionados para el primer concurso y uno de ellos es esta hembra. Realizo la inscripción online pero, para variar, la hembra tampoco se sube al palo en esta jaula.
Harto ya de esto decido llevarla, aunque fuera para hacer bulto. Cuál grande es mi sorpresa cuando tres días después me llaman y me dicen que es la campeona regional en lutino mosaico. Lo primero que pienso es que es un error y lo segundo es que el juez fue muy benévolo. Pero nada más lejos de la realidad. El jueves llego al concurso y me la encuentro ni corta ni perezosa con una pose perfecta encima del palo. Era preciosa. Vuelve a casa y el mismo comportamiento que antes. Finalmente la presento en otro certamen un mes después e increiblemente durante el enjuicimianto retoma esa postura gallarda y gana otra vez el primer premio.
Es fascinante y curioso el comportamiento que tienen nuestras aves a veces.
POSDATA: La foto en el cajón fotográfico me costó sudor y lagrimas jeje.
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