Cuando me planteé este proyecto había dos opciones, o invertir mucho tiempo y muchas parejas para conseguir resultados rápidos o por el contrario poner poquitos pájaros e ir seleccionando y avanzando muy lentamente. Fundamentalmente por tiempo y por espacio tomé esta segundo opción y esto supone avanzar muy lentamente y que tu proyecto dependa en demasía de que haya buenos años de cría.
El año 2016 ya tenía una cepa más o menos digna de amarillos mosaicos pero la cría fue un fracaso, mi peor año de cría se completo paradojicamente con una buena producción de descendientes de moña pero apenas conseguimos sacar un moña alemana. La estadística dice que el 50% si y el 50% no pero en mi caso fue más 95% no, 5% si. Un año por tanto prácticamente perdido en cuanto a avance genético.
Este año 2017 las cosas salieron mejor, una temporada de cría para enmarcar dónde curiosamente los moñas volvieron a destacar como los mejores reproductores y dónde pude obtener ya más cantidad de pájaros moñudos.
Me planteé llevarlos a algún concurso pero no me atreví al final a correr riesgos, prefiero prepararlos con tiempo para la cría y hacerme con un plantel más amplio.
Aún queda mucho trabajo que hacer pero seguimos fuertes con el proyecto, ya todos los reproductores tienen una categoría bien definida y ahora viene las dos tareas más dificiles. Una sacar más cantidad, que eso más o menos es factible aunque influye la lotería del azar y otra mejorar las moñas que lógicamente será el talón de aquiles de la cepa durante un tiempo.
Proyecto largo, con la complicación extra que tiene un canario amarillo mosaico con moña pero quien dijo miedo. Ya me hago ilusiones en plan cuento de la lechera de obtener un buen equipo de amarillos mosaico moña y poder concursar con ellos en un nacional. Con perseverancia y suerte se conseguirá.
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