Llevo tiempo pensando en escribir este artículo sobre
las pajarerías porque es un tema que a mí como aficionado y amante de las aves
me preocupa y que sin embargo parece obviado por todos.
No pretendo definir lo
que es una pajarería o tienda de animales ya que todos conocemos perfectamente
sus prestaciones y productos, se perfectamente que es una parte fundamental de
la canaricultura y por eso mismo creo que hay muchos aspectos que deberían
cambiar de cara al público pero también, y esto es lo más importante, por el bienestar y la sanidad animal.
Todos hemos visitado alguna vez una pajarería,
muchos han vendido pájaros a estos establecimientos y para otros muchos sirve
como lugar de encuentro entre aficionados, sitio para abastecerte de las
materias primas que buscas para tu aviario o simplemente las visitas por el
hecho de, cómo se suele decir coloquialmente, “ver el ganado”.
Pero ¿que ocurre cuando llegas a los jaulones dónde
están los pajarillos en venta? La imagen que se nos muestra roza en muchos casos
la barbarie, y la dejadez y la incompetencia salen a la luz. Centras la mirada en un jaulón cualquiera y observas
un pequeño lote de pájaros de discutible calidad, iluminados en exceso,
enfermizos y en los casos más extremos (aunque a veces frecuente) muertos, una
hembra incubando unos huevos estériles dentro de un comedero lleno de mierda y
otras tantas imágenes tristes que a los aficionados de verdad se nos quedan
grabadas en la retina.
Y me pregunto una cosa, ¿beneficia a alguno esta
situación?
Está claro que al dueño de la tienda no y mucho
menos al animal.
Y es que lo primero que busca cualquier comprador es
la salud y la higiene, por encima de todo lo demás, da igual que el pájaro
descienda de campeones o que tenga una mancha como su cráneo, lo fundamental es
la salud. Por lo tanto esos pájaros no se venden.
Por suerte todos los aficionados conocemos a pajareros de confianza, a los que somos fieles, que son verdaderos amantes de los animales y que cuidan de los animales de su tienda con saber hacer y con sentido común.
Entiendo que en una tienda de mascotas los animales
se someten a un estrés más o menos justificado (La luz, las visitas de un
público curioso…) lo cual repercute en su estado físico. Esto es una
característica inherente pero lo que no se puede permitir son las condiciones
deprorables de higiene que se dan.
Pienso que en
este aspecto las pajarerías tienen que cambiar mucho, más aún en la situación
económica que nos encontramos. El comprador actualmente está más informado,
sabe más acerca de los pájaros, de los criadores de los alrededores o de los
concursos de la zona donde puede adquirir ejemplares de muy buena calidad a
precios muy correctos, la oferta aumenta a pasos agigantados pero la demanda
disminuye o al menos se estabiliza, los precios bajan y en algunos casos son
irrisorios. Y además muchas sociedades tienen economatos para sus socios a unos
precios muy interesantes.
Por eso estas pajarerías a la que me refiero, bajo
mi punto de vista, o cambian pronto o están arrastradas a un profundo batacazo
del cuál no se recuperarán.
Pensándolo bien tampoco es tan difícil que cambie
esto, será beneficioso para todos. Los pajareros perderán esa mala fama que les
persigue, los criadores podrán seguir vendiendo lotes a las pajarerías como
tradicionalmente se ha hecho y además, lo que es más importante, nuestros
pajarillos pondrán vivir bien en esta etapa temporal que son las pajarerías
hasta que encuentre a un dueño que le de todos los cuidados oportunos.
No cuesta tanto.