Sin duda el picaje es un enemigo público para los criadores que concursamos, una muda dónde ha habido picajes te obliga a descartar muchos pájaros para concurso, incluso por el desarrollo de quistes muchos para venta.
Está claro que a ningún criador le ayuda el picaje, pero en una de las gamas dónde esto se convierte en condena son los canarios mosaicos. En estas gamas el picaje se nota mucho y es sin duda garantía de derrota en los concursos por ello siempre hay que poner medidas para prevenirlo. Cuerdas, bolas de grasa, pájaro sin hacinamiento, poca luz, buena nutrición, ambiente tranquilo y aún así a veces resulta imposible.
Este mismo año por ejemplo he tenido picaje en un voladero, sólo en uno dónde tenía apartadas un total de 8 hembras marfiles, no ha habido picaje en ninguna jaula más, sólo en esa. Los pájaros todos tenían la misma alimentación, una alimentación muy rica en aminoácidos, tenían cuerdas de esparto, estaban agrupados en grupos de 8 por jaulón máximo, había poca luz, los pájaros estaban desparasitados... pero nada de esto fue suficiente.
Cuando estás en esta situación en la cuál parece que has seguido todos los pasos para prevenir el picaje y sigue ocurriendo te planteas que haya algún individuo problemático en el grupo y te pones a observar concienzudamente ese jaulón y a veces llegas a la conclusión como en este caso que el picaje era autopicaje. Es verdad que existen muchos productos sprays saborizantes y demás pero en un caso así tratar ya es tarde, los mosaicos cuando se produce picaje en los hombros ya no pueden dar un hombro liso y atractivo, aparecen cañones gruesos, plumas muy levantados y quistes por todos lados. Por ello el picaje no vale tratarlo, hay que prevenirlo y aún así tener esa pizca de suerte para que no se produzca.
No hay comentarios:
Publicar un comentario