Os propongo un ejercicio mental y también físico, ahora que estamos todos tan enfrascados en nuestra temporada de cría, con nuestras ilusiones, con nuestros problemas, con todo el trabajo que conlleva la que para mi es la etapa más compleja y trabajosa pero a la par la más bella. Ahora que estamos tan metidos en esto salgamos al campo, salgamos a ver como florece la primavera y a aprender de ese gran aviario que es la naturaleza. Los criadores que viven en grandes urbes quizás lo tengan más dificil pero intentad sacar un hueco y salid a disfrutar del campo, a aprender de nuestros animales en plena naturaleza. Ir por ejemplo a un olivar y ver como un verdecillo desde una rama delata la primavera con su canto estridente, ver una pareja de jilguero brillando al sol alimentando a sus crias, ver por ejemplo cantar encima de una pared de piedra a un pardillo con su llamativo pecho rojo fuego, unos pinzones en pleno cortejos. Es una experiencia sencilla y a la par mágica, vivimos tan metidos en nuestra sociedad que muchas veces obviamos todo el mundo que nos rodea. Sin pararnos a pensar que ese mundo es el origen de todo, de todo lo que nos gusta, nos aficiona...
Si teneís la oportunidad no dudeis de disfrutar de la naturaleza y si vives una una gran ciudad no importa, la naturaleza la tenemos al lado, pasar por una gran avenida y ver un nido de jilgueros por ejemplo con su hembra incubando en lo alto de un naranjo ornamental.
Estoy convencido que disfrutar y observar la naturaleza nos ayudará a valorar más nuestro aviario y valorar un poco más la realidad que hay ahí fuera nos hará crecer como seres humanos.
Sí señor, el campo está de dulce. Su policromía aturde a nuestros sentidos.
ResponderEliminarSaludos.